VERGELVALLE
Conservación de las variedades tradicionales de cultivo del Valle de Ricote









Uno de los componentes esenciales del paisaje cultural del Valle de Ricote son sus plantas cultivadas. Al margen de la limitada actividad agraria anterior desarrollada en el valle, la verdadera explosión agrícola en el mismo vino de mano de las poblaciones bereberes y árabes asentadas poco tiempo después de la conquista islámica de la Península Ibérica. Estas gentes, venidas de otras tierras de climas parecidos al de donde arribaban y con una tradición agrícola a sus espaldas, junto con la población hispana preexistente y finalmente arabizada, generaron, a lo largo de muchas generaciones, un sistema agrario complejo que, en esencia, ha llegado hasta nuestros días. Este sistema ha permitido, durante siglos, la producción de una amplia gama de alimentos de gran calidad, dotando a sus habitantes de un grado muy considerable de autosuficiencia y posibilitando el comercio de algunos de sus productos a otros territorios peninsulares e, incluso, más allá de ellos.
El esfuerzo de nuestros agricultores, su experimentación, la trasmisión de la sabiduría individual y colectiva, junto con la asimilación racional de influencias externas, confluyeron en el desarrollo de sistemas múltiples de aprovechamiento del medio natural basado en un perfecto conocimiento del mismo y de los recursos disponibles en su entorno, teniendo en cuenta el agua, los microclimas, la variedad de suelos, los requerimientos de las especies cultivadas, la complementariedad con los recursos ganaderos y del monte y otros muchos factores. Pero no debemos pensar en un paisaje tradicional vegetal inmutable respecto al paso del tiempo. Aún presentes desde los primeros tiempos de la construcción de las huertas del Valle, los cítricos y los frutales no siempre tuvieron la predominancia de tiempos más recientes. En distintas épocas, los cereales, oliveras, moreras y otras especies tuvieron una importancia destacada en el paisaje de huerta mientras que, en el secano, además de las oliveras, las viñas y otros árboles, los cereales ocuparon un lugar destacado.










Un vergel o un oasis. Así han percibido históricamente los visitantes del Valle de Ricote a su paisaje. Hoy en día, este se percibe como uno de los paisajes culturales más reconocibles y reconocidos de toda la geografía española. Dentro de él, las plantas cultivadas han formado su columna vertebral y su mayor fuente de riqueza material e inmaterial, con un valioso y extenso patrimonio ligado a las mismas. Una gran diversidad de especies o variedades vegetales cultivadas han pasado por nuestro Valle o se han originado en él. Algunas de ellas constituyen un patrimonio genético singular adaptado a sus suelos y condiciones climáticas y que, en muchos casos, aportan frutos de sabores, texturas, olores u otras cualidades destacables y una gran resistencia a las limitaciones o adversidades del medio, a diferencia de muchas variedades comerciales modernas.
Desde este ámbito colectivo de trabajo, y sin ser excluyentes o estrictos, entendemos como variedad tradicional de cultivo aquella planta con un conjunto de caracteres visibles que los diferencian a nivel popular de otras, que ha sido obtenida, seleccionada o mejorada por los agricultores en una zona de cultivo o fuera de ella y que se ha mantenido como tal durante un largo periodo de tiempo aunque sujeta a posibles variaciones o diversificación, estando indisolublemente asociada a un conjunto de conocimientos humanos sobre la misma, dentro de un entorno natural y cultural concreto.










Podemos citar, dentro de la gran diversidad de especies cultivadas en distintas etapas en el Valle, a los cítricos, ácidos o agrios (limoneros, limeros, cidreras, poncileros, naranjos…), frutales de todo tipo (albaricoqueros, melocotoneros, oliveras, almendros, vides y parras, manzanos, perales, granados, higueras, ciruelos, palmeras, nogueras…), cereales, hortalizas, verduras, especies aromático-medicinales, especies ornamentales etc. Dentro de ellas, han gozado de fama dentro y fuera del Valle, por nombrar algunas, variedades como sus naranjas comunes o vernas, sus limas, limones vernas y ponciles, albaricoques damascos, moniquises o búlidas, melocotones marujas o pipas, peros de Blanca y de La Bermeja, manzanas camuesas, peras campesinas o magallonas, peretas, olivas almenas y cornicabras, almendras mollares, de ramillete o atochas, higos verdales, camperos o doncilleros, granás cagines o albares, variedades de uvas de para consumo en fresco, pasas o vinificación, dátiles selectos, y diversas variedades de trigo, cebada, tomates, melones, pésoles, habas, berenjenas, calabazas, panizos y muchísimas otras cultivadas con fines alimentarios o de otro tipo.
El proceso de sustitución y perdida de cultivos o variedades ha sido un proceso que se ha venido produciendo de forma natural en nuestros sistemas agrarios a consecuencia de la experimentación y variaciones en el propio manejo agrario tradicional de los mismos y la evolución de las necesidades productivas. Pero, actualmente, en nuestro país, ya no son los agricultores quienes mayoritariamente crean o seleccionan nuevas variedades o las propagan, sino que la obtención de éstas está en manos de un reducido número de empresas o instituciones, que siguen protocolos y criterios muy similares, sustituyendo la labor de millones de campesinos con gustos, criterios, técnicas y aptitudes muy diversas. Con la extensión de la agricultura convencional moderna se ha producido una gran uniformización en los cultivos tanto a nivel de reparto en el territorio como en cuanto a su variabilidad genética, propiciando unos mayores rendimientos y adaptación comercial, a costa de su sabor u otras características no ajustadas a los circuitos modernos de comercialización.










Las variedades tradicionales del Valle de Ricote ya existentes o por existir, han sufrido un gran retroceso a consecuencia de las aceleradas transformaciones que están experimentando sus sistemas agrarios, la adquisición de plantas o semillas producidas en territorios lejanos (incluso de variedades aparentemente tradicionales del Valle pero que no corresponden a su material genético local), implantación de variedades comerciales, trasformaciones sociales, escasa educación para el consumo, poca y tardía labor prospectora y de conservación a nivel institucional… Es una tendencia que, en mayor o menor medida y desde este ámbito local, pretendemos minimizar o modular haciendo conscientes a los propios habitantes del Valle del tesoro que poseemos en forma de especies o variedades tradicionales de cultivo.
Así pues, dentro de esta línea de trabajo dentro del Ecomuseo “Legado Vivo” perseguimos los siguientes objetivos:
- Identificación y caracterización de las variedades tradicionales de cultivo del Valle de Ricote junto con la recopilación y comprensión de conocimientos humanos en su territorio ligadas a ellas.
- Conservación de la mismas, tanto en colecciones vivas como en banco de semillas.
- Distribución de plantas o semillas a agricultores y aficionados locales para su plantación en el Valle.
- Divulgación de esta riqueza cultivada como parte integrante de su patrimonio cultural, histórico y medioambiental y sensibilización en relación con su conservación y cultivo como parte del paisaje agrario del Valle, tanto a nivel de autoconsumo como para producciones ligadas a proyectos de desarrollo local.










Si quieres colaborar con este proyecto aportando información o semillas sobre variedades antiguas del Valle de Ricote o de alguna otra forma, puedes comunicarte con nosotros a través del formulario adjunto.
Equipo colaborador: Antonio Moreno Saorín, Francisco J. Sánchez Saorín, Miguel A. Turpín Gómez, Jesús Aguilar Jiménez, Jesús J. López Moreno José M. Gómez Manuel y Francisco F. Cano Trigueros.
¿Quieres colaborar con Legado Vivo?
Legado Vivo es un ecomuseo de las asociaciones «La Carraila» y «Caramucel, naturaleza e historia», en continuo desarrollo desde 2013, para la señalización, divulgación, protección y recuperación del patrimonio cultural y natural del Valle de Ricote (Región de Murcia, España).